La selección española se coronó campeona de la Eurocopa por cuarta vez tras vencer a Inglaterra en el Estadio Olímpico de Berlín. La celebración se convirtió en una fiesta nacional con fuegos artificiales, música y un espectáculo de luces con los colores de la bandera española. Los aficionados y jugadores festejaron intensamente en el estadio. Álvaro Morata, capitán del equipo, fue el encargado de levantar el trofeo entregado por el Rey Felipe VI, marcando un momento de gloria para el fútbol español.
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