La serie «El juego del calamar», que se estrenó en Netflix en septiembre de 2021, se convirtió rápidamente en un fenómeno mundial, reflejando las tensiones del capitalismo postpandémico. Sin embargo, su última temporada, que ya se ha lanzado, parece haber decepcionado a muchos críticos. A lo largo de sus tres temporadas, la narrativa ha sido criticada por su falta de innovación, a pesar de la introducción de nuevos y macabros juegos. La serie, aunque comenzó con un fuerte impacto cultural, ha sido vista como un signo de la agotadora tendencia de expandir conceptos que ya no aportan valor narrativo, lo que refleja un desgaste en la creatividad de los creadores.
El desenlace de la tercera temporada presenta un giro dramático cuando Gi-hun, el protagonista, decide sacrificar su vida para salvar a un bebé, simbolizando la lucha contra la avaricia. Este sacrificio provoca una reflexión en el líder del juego, quien, tras el suicidio de Gi-hun, decide acabar con el juego y muestra un cambio en su perspectiva sobre la naturaleza humana. Mientras tanto, se deja entrever un próximo spin-off estadounidense de la serie, con una escena final que incluye a Cate Blanchett, sugiriendo que la franquicia seguirá evolucionando y manteniéndose relevante en el panorama de las producciones de Netflix.
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