La recuperación de una enfermedad no solo depende del tratamiento médico, sino también del apoyo emocional que rodea al paciente. En España, el sistema de sanidad cubre la atención médica, pero el acompañamiento afectivo recae en el paciente y su entorno. La tranquilidad de concentrarse en la propia salud y tener un soporte sólido de seres queridos es fundamental, aunque no siempre accesible para todos. El doctor Mario Alonso Puig resalta que el amor y el afecto poseen un poder curativo demostrado, tanto a nivel emocional como físico. Diferentes estudios avalan que el cariño de familiares y amigos, así como la cercanía de profesionales médicos empáticos, contribuye a una mejoría notoria y objetiva, logrando reducir el dolor gracias a la liberación de hormonas internas similares a los opiáceos.
El amor, además de ser un bálsamo emocional, es un aliado en la lucha contra enfermedades serias como el cáncer y las dolencias cardiacas. Tal como afirma el Dr. Miguel Ángel García Fernández, un entorno cargado de emociones positivas puede ser tan crucial como la dieta y el ejercicio para prevenir enfermedades cardiovasculares. El amor reduce el estrés al disminuir la producción de cortisol, y refuerza el sistema inmune al generar un sentido de pertenencia vital para el bienestar emocional. En resumen, fomentar relaciones afectivas no solo mejora la salud mental y emocional, sino que también potencia la fortaleza física, evidenciando que el amor es un componente integral en el camino hacia la recuperación y el mantenimiento de una buena salud.
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