En el barrio de Salamanca de Madrid, conocido por su exclusividad y tradición aristocrática, se observa un notable fenómeno con respecto a las segundas residencias. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, de las 79.809 viviendas registradas, el 21,47% son consideradas “viviendas no principales”, lo que incluye tanto segundas residencias como propiedades vacías. Las zonas más codiciadas para estas segundas residencias se sitúan en torno a la Puerta de Alcalá, donde se llevan a cabo transacciones millonarias, muchas de ellas fuera del mercado tradicional. Este distrito se ha convertido en un imán para inversores, especialmente de origen latinoamericano, quienes ven en Madrid una competencia para Miami en la atracción de capitales latinoamericanos.
Según expertos en el mercado inmobiliario, el distrito de Salamanca experimenta una significativa rotación de propietarios debido a la naturaleza estacional de sus residentes, quienes adquieren viviendas para usos específicos y temporales, como la educación de sus hijos o estancias durante eventos destacados, como la Champions League. Esta tendencia refleja un cambio en el concepto de segunda residencia, que ha evolucionado de la tradicional casa de temporada a un modelo de vivienda múltiple, donde personas con grandes recursos económicos poseen propiedades en diferentes ubicaciones globales. Este comportamiento se encapsula en el término francés pied-à-terre, utilizado por muchos latinos para describir estas estancias temporales, subrayando a Madrid como un importante punto de atracción para la inversión extranjera.
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