La elección de Santos Cerdán de Benet Salellas como su abogado defensor en un caso de corrupción ante el Tribunal Supremo ha generado un gran interés, dada la trayectoria política y profesional de Salellas. Este abogado ha sido una figura destacada en la izquierda independentista, habiendo ejercido anteriormente como diputado de la CUP en el Parlament durante momentos críticos del proceso independentista en Cataluña. Su conexión con el movimiento se acentuó durante la legislatura del referéndum de 2017, donde además participó en la elaboración de la ley del referéndum y la ley de transitoriedad que buscaba establecer un nuevo orden jurídico catalán.
Salellas, conocido por su firmeza y compromiso con la defensa jurídica, ha llevado su activismo al ámbito de la abogacía, representando a numerosos encausados por su implicación en el procés y otros altercados relacionados. Su enfoque ha sido notable no solo por la defensa de los derechos de quienes se oponen a la represión política, sino también por su capacidad de argumentación ante tribunales, como sucedió en el caso de la quema de fotografías de la familia real, que fue finalmente considerada como una expresión de libertad de expresión. Ahora, con Cerdán en prisión provisional, el desafío que enfrenta Salellas marcará un nuevo capítulo en su carrera, adentrándose en un ámbito legal completamente distinto al que ha defendido hasta ahora.
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