Un nuevo proyecto de ley en discusión busca enfrentar los desafíos de la desinformación y difamación generadas por inteligencia artificial, pero podría transformar drásticamente el funcionamiento de internet, poniendo en riesgo la libertad de expresión y la innovación. La ley NO FAKES (Nurture Originals, Foster Art and Keep Entertainment Safe) intenta hacer frente a las preocupaciones sobre las “réplicas” de inteligencia artificial creando un derecho de propiedad intelectual amplio. Este enfoque ha sido criticado por su falta de herramientas específicas para proteger contra representaciones dañinas, convirtiéndose en un sistema de licencias de imágenes a nivel federal.
La versión revisada del proyecto duplica este enfoque discutible con una nueva infraestructura de censura que abarca no solo imágenes, sino también productos y servicios relacionados, sin apenas salvaguardias contra abusos. La legislación exige que casi todos los intermediarios de internet eliminen contenido tras una notificación y proporcionen la identidad del usuario implicado basándose únicamente en la afirmación de una supuesta “réplica”.
Este impacto podría ser desastroso para la libertad de expresión e innovación en internet. Aunque se enfoca en las réplicas digitales, el NO FAKES revisto también apunta a las herramientas que pueden crear imágenes no autorizadas, afectando a quienes desarrollan, comercializan o alojan estas herramientas, incluso si tienen otros usos legítimos.
El sistema de notificación y eliminación se expandiría para abarcar más proveedores, quienes podrían verse obligados a eliminar contenidos bajo amenaza de perder su protección legal. Esto podría derivar en filtros excesivos que limiten la creación y circulación de contenido legítimo, dado que los sistemas actuales ya presentan ineficiencias significativas.
Además, el proyecto permitiría a cualquier persona obtener un subpoena sin intervención judicial, potencialmente silenciando a críticos y poniendo en peligro el anonimato en línea. Esto podría causar daños reputacionales y personales a los usuarios afectados.
Finalmente, la legislación podría obstaculizar la competencia al aumentar las barreras para nuevos servicios que desafíen a las grandes corporaciones tecnológicas, alimentando el monopolio existente. Esta iniciativa no busca proteger a las víctimas de réplicas dañinas, sino consolidar el control sobre la explotación comercial de imágenes digitales, con consecuencias negativas para todos.