Multitud de investigaciones y expertos advierten que los memes, lejos de ser simplemente contenido humorístico, se han convertido en potentes herramientas para la difusión de ideas extremistas y teorías de la conspiración. Asociados a la inteligencia artificial (IA), estos fenómenos son capaces de generar realidades falsas indistinguibles de la verdad, amenazando seriamente la democracia. El filósofo Jianwei Xun introduce el concepto de «hipnocracia» para describir un régimen que modula el estado de conciencia de la población a través de la manipulación de la información, erosionando así la capacidad crítica de la ciudadanía. Según Xun, este sistema no reprime el pensamiento, sino que se infiltra en él, utilizando la información como «humo hipnótico» para hacer que la simulación y la realidad se confundan.
En el ámbito político, figuras como Donald Trump y Elon Musk lideran el llamado «capitalismo digital», un entorno donde la ausencia de regulación permite que las plataformas tecnológicas, como las dirigidas por Musk y Mark Zuckerberg, promuevan contenido sin moderación, amplificando así la desinformación. Investigadores como Cecilia Danesi destacan la necesidad urgente de análisis y regulación para contrarrestar los efectos nocivos de esta tendencia, que corroe la percepción de la realidad y, por ende, la democracia. A pesar de la resistencia de ciertas figuras políticas a cualquier moderación regulatoria bajo el pretexto de proteger la libertad de expresión, encuestas internacionales reflejan que la mayoría de los ciudadanos desean plataformas seguras y libres de desinformación y abuso. Ante la crisis, se propone un marco regulatorio claro para las IA, especialmente durante las elecciones, y la cooperación internacional para salvaguardar los sistemas democráticos frente a estas amenazas emergentes.
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