El colectivo de españoles en el extranjero afectados por la pérdida de su nacionalidad ha encontrado un nuevo obstáculo en su camino hacia su restauración. Tras la negativa del Tribunal Supremo, que cerró la puerta a su reclamación, estos ciudadanos han visto cómo su causa se mantiene estancada en el Congreso, donde los cambios en la postura política del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) han impedido avances significativos. La sensación generalizada entre los afectados es de abandono, ya que consideran que su conexión con España ha sido desestimada por las autoridades nacionales.
Decididos a no rendirse, han anunciado que agotarán todas las vías legales disponibles, llevando su lucha hasta el Tribunal Constitucional en busca de un fallo favorable. La situación ha generado un creciente sentimiento de frustración e indignación entre los afectados, que se sienten «españoles abandonados» por su propio país. A medida que el proceso avanza, el debate sobre la identidad y los derechos de los españoles en el extranjero sigue siendo una cuestión candente, lo que subraya la necesidad de un marco legislativo que aborde las complejidades inherentes a la ciudadanía en un mundo cada vez más globalizado.
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