Miguel Ángel Sampedro, el primer doctor sordo en Filología Hispánica de España y profesor de Lengua Castellana y Literatura en secundaria, enfrenta una lucha continua por la inclusión y el respeto a los derechos laborales de las personas con discapacidad. Sampedro ha denunciado que, durante su carrera docente, ha lidiado con la falta de apoyos necesarios para ejercer su profesión de manera efectiva, afectando su salud mental. Recientemente, ha sido cesado por la Consejería de Educación de Canarias bajo la acusación de ocultar una enfermedad preexistente, un acto que él argumenta es consecuencia de la falta de ajustes razonables en su entorno laboral. Desde 2020, Sampedro ha compartido su pasión por la enseñanza con alumnos sordos y oyentes, destacando que, aunque disfruta de su labor, la falta de un intérprete de lengua de signos española (LSE) desde el inicio del curso ha dificultado su trabajo.
Pese a las adversidades, Sampedro se mantiene firme en su vocación. Señala que la falta de un intérprete no solo entorpece su capacidad para impartir clases de manera efectiva, sino que también afecta el derecho de los estudiantes a recibir una educación de calidad. Durante sus estudios, conoció de cerca las barreras comunicativas que enfrentan los estudiantes sordos y, gracias a su experiencia, aboga por métodos adecuados para enseñar español como segunda lengua. Miguel Ángel subraya que su exclusión del sistema educativo es parte de una problemática más amplia, que afecta a muchos docentes con discapacidad en España. Mientras prepara acciones legales para reclamar su puesto, Sampedro continúa reivindicando la necesidad de inclusión real y dignidad laboral en el sector educativo, destacando el impacto positivo que su experiencia y la de otros docentes con discapacidad pueden tener en la formación de futuros ciudadanos más empáticos e informados.
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