En un ambiente de euforia, la selección nacional ha mostrado un dominio inquebrantable durante sus presentaciones en Konya, generando altas expectativas entre los aficionados. Sin embargo, esta misma euforia se ha convertido en una preocupación para el cuerpo técnico, que enfatiza la necesidad de mantener los pies en la tierra. La emoción de las victorias recientes ha fortalecido la moral del equipo, pero el entrenador insiste en que este no es el momento de relajarse y que, en cambio, se debe centrar en mejorar continuamente y trabajar arduamente para mantener el nivel alcanzado.
El cuerpo técnico, consciente de los retos futuros, recalca la importancia de no dejarse llevar por la autocomplacencia. Aunque los resultados han sido favorables, el enfoque está en corregir errores y consolidar estrategias para enfrentar oposición más fuerte en el futuro. La preocupación radica en que la autocomplacencia podría ser un obstáculo en el camino hacia el éxito sostenible, según señalan los entrenadores, quienes también subrayan que el verdadero desafío es mantener la consistencia y seguir perfeccionando el rendimiento del equipo.
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