En la sociedad catalana, existe una curiosa dualidad en torno a la exposición pública y el deseo de permanecer en las sombras. Mientras que el interés por el cotilleo sigue siendo palpable, como lo demuestra el seguimiento de figuras mediáticas por parte de programas como Les Mamarazzis, la discreción sigue presidiendo el comportamiento de la burguesía local. La escasez de personalidades catalanas en revistas de socialités como ¡Hola! ilustra esta tendencia. En este contexto, el sistema de estrellas, antaño encumbrado en los estudios de Hollywood, ha perdido peso, pero en Cataluña la inquietud persiste. La percepción de las estrellas como reflejo de cualidades nacionales es un área donde el nacionalismo catalán ha mostrado su insatisfacción, especialmente ante la debilidad de su propio star-system cuando se compara con el de otras regiones.
Para contrarrestar esta sensación de invisibilidad en la esfera mediática, TV3 ha intentado crear y fortalecer una cantera de actores y actrices mediante series populares, a la vez que reacciona contra las críticas sobre el uso lingüístico en sus producciones. No obstante, estas acciones no han estado exentas de polémicas, como evidencia la torpe cobertura de eventos como los Premios Gaudí. Consciente de las nuevas dinámicas de consumo entre la juventud, TV3 ha lanzado Eva, un canal dirigido al público joven que busca desmarcarse de la imagen tradicional del canal principal, explorando plataformas más actuales como TikTok. Este enfoque alternativo refleja un esfuerzo por llegar a un público que, aunque demanda contenido en catalán, prefiere formatos que perciben como innovadores y desligados de las emisiones lineales convencionales.
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