En un movimiento que marca el final de una era, Sony ha declarado que dejará de producir discos Blu-ray, MiniDisc, MD Data y Mini DV Cassette a partir de febrero de 2025. Esta decisión representa el ocaso de los formatos físicos que han sido una constante en la vida de los consumidores durante décadas. Sin planes visibles para desarrollar sucesores, Sony se despide de un legado que ha definido y revolucionado el consumo de música, video y datos.
Desde los años 80, los formatos físicos han sido cruciales para el acceso a contenido. Con innovaciones como el CD, revolucionaron la industria musical y pusieron al alcance mejoras en almacenamiento y calidad. En la tabla del desarrollo de estos formatos, encontramos el CD lanzado en 1982 de la mano de Sony y Philips, ofreciendo una capacidad de hasta 700 MB, y que marcó un hito al introducir audio digital de alta calidad. Over the years, advancements such as the DVD and Blu-ray improved video quality and data capacity, shaping home entertainment as we knew it up until the digital revolution took over.
El Blu-ray, aunque técnicamente superior, nunca logró el mismo éxito que sus predecesores como el DVD. Fue lanzado en un momento en que el streaming comenzaba a ganar terreno rápidamente. Sony, que lideró la creación de muchos de estos formatos, ya había dado pasos hacia esta dirección al detener la producción de algunos discos Blu-ray en 2024. Dejar por completo la fabricación de discos marca un cambio definitivo hacia la tecnología digital y la nube.
La decisión de Sony responde a varios factores. La demanda de formatos físicos ha disminuido drásticamente con el auge de modelos digitales dominados por plataformas de streaming. La salida de LG del mercado de reproductores Blu-ray en 2024 subraya esta tendencia y refuerza la apuesta por opciones de contenido más convenientes y accesibles para el consumidor moderno.
Sin embargo, este cambio no es solo técnico, sino también cultural y económico. Durante años, coleccionar discos físicos era una experiencia común que proporcionaba una sensación de propiedad que las ediciones digitales no ofrecen. Además, los consumidores ahora compran licencias de contenido digital en lugar de poseer físicamente el medio, lo que representa un riesgo en cuanto a la estabilidad y permanencia del acceso al mismo.
El declive de los formatos físicos plantea la necesidad de un equilibrio entre comodidad y control. Así como el vinilo ha experimentado un resurgimiento en los últimos años, es posible que los formatos físicos vuelvan a generar interés en el futuro. Por el momento, todo indica que el camino está dirigido hacia un futuro completamente digital, en el que los retos como la dependencia de servicios en la nube y el riesgo de bloqueo por proveedor están presentes.
Sony, al cerrar este capítulo, deja un legado que seguirá siendo recordado en la memoria colectiva. Su impacto en la evolución de la tecnología y el entretenimiento ha sido profundo, y aunque el entorno digital avanza a pasos agigantados, el estandarte de calidad y experiencia instaurado por los formatos físicos perdura en la actualidad.