En el parque del Retiro de Madrid, las escenas propias de una novela de espías se han vuelto una realidad cotidiana. Este emblemático lugar se ha convertido en un refugio y punto de encuentro para muchas figuras del chavismo y la oposición venezolana que han buscado establecerse en España. Entre encuentros fortuitos con esposas de exjefes de inteligencia chavistas y prominentes opositores, las vidas de estos individuos se entrelazan en una comunidad que busca anonimato y seguridad en la capital española. La historia de Hugo Carvajal, conocido como «El Pollo», es un ejemplo de esta migración; tras intentar rehacer su vida lejos de Venezuela, terminó en la cárcel de Estremera y fue finalmente extraditado en el verano de 2023, reflejando la compleja realidad que enfrentan algunos de estos líderes.
España resulta atractiva no solo por razones culturales o lingüísticas, sino también por la facilidad de establecer negocios y realizar inversiones a través de sociedades offshore, pese a las crecientes restricciones como el reciente fin del programa de las Golden Visas. El caso de Diosdado Cabello, actual ministro del Interior y Justicia y asociado a la represión política en Venezuela, es ilustrativo de los desafíos legales y morales que enfrentan estas figuras en suelo español. Los vínculos con movimientos de capital, como los 157 millones de dólares desviados de la trama Odebrecht, señalan un patrón de corrupción y lavado de dinero que mancha la presencia de venezolanos famosos en Madrid. Figuras como Nervís Villalobos o Rafael Gorrín Belisario, ambos enfrentados a procesos judiciales fuera de su país, forman parte de un complejo entramado internacional de impunidad y lujos que contrasta con la situación socioeconómica de Venezuela.
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