El Tribunal Constitucional de Rumanía ha tomado una decisión histórica al anular los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, de las que emergió victorioso el candidato de extrema derecha, Călin Georgescu. Este revés se produjo después de que se presentaran pruebas de una injerencia prorrusa significativa que influyó en el desarrollo del proceso electoral a través de redes sociales como TikTok. La decisión implica la cancelación de la segunda vuelta prevista para este domingo, y el gobierno ahora debe establecer una nueva fecha para repetir la elección completa. Este acontecimiento sitúa a Rumanía como el primer país del mundo donde el poder judicial invalida una elección presidencial debido a una intervención extranjera digital, poniendo de relieve las vulnerabilidades actuales de las democracias en la era digital.
Por otro lado, la noticia ha desencadenado reacciones en todo el espectro político y social de Rumanía. Mientras se desclasificaron documentos que evidencian más de 85.000 ciberataques coordinados por Moscú para socavar el compromiso de Rumanía con la OTAN y la Unión Europea, ciudades como Bucarest han sido testigos de manifestaciones en favor de los valores europeístas. El líder del partido ultraconservador AUR, George Simion, intenta distanciarse del Kremlin al tiempo que busca alianzas internas con partidos conservadores, en un entorno político cada vez más volátil. A medida que el país se enfrenta al riesgo de quedar aislado en el contexto europeo, la repetición de las elecciones se presenta como una oportunidad para reforzar el compromiso nacional con la democracia y el respeto a los derechos de sus ciudadanos.
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