El Govern liderado por Salvador Illa ha mostrado su satisfacción ante el reciente informe de un ente no perteneciente a la Unión Europea, que ha emitido una evaluación favorable respecto al modelo de inmersión lingüística practicado en Cataluña. Este informe ha sido objeto de críticas por basarse en análisis considerados sesgados hacia el independentismo, lo que ha generado controversia entre los opositores al actual enfoque educativo. El informe destaca, entre otros puntos, la importancia de la inmersión para la cohesión social y cultural, presentando la política lingüística catalana como un modelo a seguir.
A pesar de las críticas, el respaldo a la inmersión lingüística por parte de este organismo ha sido acogido con agrado por el Govern, que lo interpreta como un espaldarazo a su política lingüística. Este apoyo llega en un momento clave, cuando el debate sobre la lengua en la educación sigue siendo una de las cuestiones más polarizadoras en Cataluña, enfrentando posturas entre quienes defienden la autonomía educativa y aquellos que abogan por un mayor control del Estado en el uso del español en las aulas. La polémica entorno a los informes utilizados por el ente ajeno a la UE pone en el centro de la discusión la objetividad y validez de las evaluaciones externas ante un tema de gran sensibilidad social y política.
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