El Congreso de Colombia ha rechazado la reforma política y electoral propuesta por el Gobierno del presidente Gustavo Petro, marcando un duro golpe para el mandatario en el último día de sesiones legislativas. La plenaria del Senado ni siquiera votó el acto legislativo, que buscaba modificar un sistema electoral tradicionalmente afectado por la corrupción y el caudillismo. Esta derrota se suma al rechazo de la reforma tributaria la semana anterior, donde el Gobierno esperaba recaudar 12 billones de pesos para completar el presupuesto de 2025. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, mostró su descontento en redes sociales, criticando la falta de acción del Senado para debatir una reforma que considera esencial para Colombia. Cristo lamentó que el sistema político actual carezca de legitimidad y apeló por un cambio profundo, afirmando que el rechazo no les detendrá en sus esfuerzos por reformar el sistema político.
El fracaso de la reforma se debe en parte a la falta de tiempo para un debate concienzudo, pues se discutió en el Senado solo al final del periodo ordinario, lo que imposibilitó cualquier conciliación entre proyectos distintos. La oposición, liderada por los partidos Centro Democrático y Cambio Radical, se retiró del recinto, rompiendo el cuórum y sellando el destino del proyecto. El senador David Luna, de Cambio Radical, celebró la caída de lo que llamó «una nefasta reforma», argumentando que habría sido un retroceso democrático. Si Petro pretende revivir el proyecto, deberá esperar al próximo período legislativo en julio de 2025. La fallida reforma es también un revés para el cumplimiento del acuerdo de paz con las FARC de 2016, que incluye compromisos para fortalecer la participación democrática. La propuesta incluía pilares como la financiación estatal total de las campañas, listas cerradas y paritarias, y una reforma de la autoridad electoral para asegurar su independencia.
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