Tras la histórica condena al expresidente Jair Bolsonaro y varios generales por intentar un golpe de Estado en Brasil, el Congreso se mueve frenéticamente para suavizar las sanciones y «pacificar el país». El diputado Paulinho da Força, encargado de redactar un proyecto de ley, busca disminuir las penas para los golpistas sin enfrentarse al Supremo. Mientras tanto, Bolsonaro, recientemente hospitalizado por problemas de salud y diagnosticado con cáncer de piel precoz, permanece en arresto domiciliario a la espera de la publicación de la sentencia final.
La izquierda brasileña, indignada por los intentos de amnistía, ha salido a protestar en las calles, convocando manifestaciones y un concierto emblemático en Río de Janeiro. El poder legislativo opta por evitar la amnistía y propone una ley que reduzca las penas por delitos de golpismo. La situación se complica con el bolsonarismo presionando por una amnistía total, en contraste con un poder judicial decidido a prevenir futuras asonadas. En este contexto, la figura política del centrão y el diputado Da Força juegan un papel central al intentar mediar entre las tensiones políticas y judiciales de cara a las elecciones de 2026.
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