El Gobierno ha logrado sacar adelante el denominado decreto ómnibus, tras introducir una serie de recortes, con un respaldo notable en el parlamento. La votación culminó con 315 votos a favor, consolidando una mayoría absolutísima que refleja un amplio consenso en torno a las modificaciones realizadas. Esta medida, que había sido objeto de intenso debate, finalmente encontró el apoyo necesario para su aprobación, destacándose como un elemento clave en la agenda legislativa del Ejecutivo. A pesar de las tensiones previas, las enmiendas incorporadas parecen haber satisfecho a una amplia franja de formaciones políticas, logrando sortear las complejidades iniciales que amenazaban su viabilidad.
En contraste, Vox fue la única formación que se opuso a la medida. Su rechazo a las reformas introducidas resalta su posición disidente en el espectro político respecto a este decreto. El partido argumentó que las modificaciones no abordaban adecuadamente sus preocupaciones, manteniendo su postura crítica frente a la iniciativa gubernamental. Este desenlace subraya las dinámicas internas del parlamento español, donde el consenso obtenido por la mayoría contrasta con la firmeza de la oposición de Vox, delineando un escenario político de alianzas estratégicas y divergencias ideológicas claras.
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