En una reciente sesión parlamentaria, la abstención de Junts y ERC resultó decisiva para que una moción lograra avanzar. La dinámica dentro del hemiciclo reflejó una tensa calma, ya que mientras algunos partidos se mantenían en su posición, las abstenciones de estas formaciones catalanas jugaron un papel crucial para permitir el avance de la propuesta. Esta situación subraya la compleja aritmética parlamentaria y el papel estratégico que a menudo desempeñan los partidos regionales en decisiones de alcance nacional.
En el mismo contexto, se desató una fuerte polémica en torno a la ministra de Igualdad, quien fue objeto de duras críticas tanto por el Partido Popular como por los socios del Gobierno. La controversia surgió cuando la ministra se defendió afirmando que «ninguna de las mujeres que llevaban pulsera ha sido asesinada», comentario que fue percibido como insensible y que provocó un aluvión de reproches. Las críticas reflejan la tensión política existente y los desafíos en la implementación de políticas de igualdad y protección a las víctimas de violencia de género.
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