En una manifestación simbólica en el Congreso, un grupo de legisladores brasileños cubrió sus bocas con esparadrapo, aludiendo a un supuesto acto de censura por parte de la Corte Suprema contra el expresidente Jair Bolsonaro. Este gesto se enmarca en el contexto de un boicot parlamentario, donde los congresistas buscan llamar la atención sobre las restricciones que, aseguran, se han impuesto al exmandatario tras diversas controversias legales. La imagen del esparadrapo no solo pretende visibilizar el desacuerdo con las decisiones judiciales, sino también subrayar una preocupación creciente entre ciertos sectores políticos sobre lo que consideran un ataque a la libertad de expresión.
El boicot ha generado un amplio debate en la esfera pública, polarizando aún más a la sociedad brasileña. Mientras que algunos apoyan la postura de los legisladores, alegando que la justicia está sobrepasando sus límites, otros defienden las acciones de la Corte Suprema, argumentando que son necesarias para mantener el orden legal y democrático. Este enfrentamiento refleja las tensiones persistentes en la política del país, donde las disputas entre instituciones y figuras políticas levantan cuestionamientos sobre la interpretación y el respeto de las normas constitucionales.
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