Ariel, un reservista israelí de 26 años, se niega a reincorporarse al ejército en Cisjordania tras servir dos meses en el centro de detención en Sde Teiman, Néguev, y haber vivido duras experiencias en Gaza. Junto a otros reservistas, repudia las políticas militares que, según él, sólo benefician a líderes políticos y no la seguridad de israelíes ni palestinos. David, otro reservista, recuerda la angustia de tratar heridos en Gaza y rechaza volver al conflicto, criticando la gestión del gobierno de Netanyahu. Ambos, aunque escépticos sobre la paz, se quedan en Israel con la esperanza de un futuro más equitativo.
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