Miles de refugiados que habían buscado refugio en el campo de Beddawi, al norte de Líbano, fueron sorprendidos este sábado por un ataque aéreo que dejó al menos cuatro muertos, según informes locales. Estos desplazados habían huido previamente del conflicto intensificado y los devastadores bombardeos en Beirut y el sur del país, buscando seguridad y respiro en las áreas cercanas a la ciudad de Trípoli. Sin embargo, la violencia los ha alcanzado nuevamente, sumando a su ya precaria situación humanitaria la amenaza adicional de los ataques aéreos, que continúan alimentando un ambiente de inseguridad y desesperación.
Beddawi, tradicionalmente un lugar de asilo para aquellos que han escapado de la violencia, ahora enfrenta sus propios desafíos críticos, alimentando las tensiones en una región ya marcada por el conflicto y el desplazamiento. Las autoridades locales y las agencias humanitarias han expresado su alarma por el incremento de la violencia y el potencial deterioro de la situación humanitaria en el campamento y sus alrededores. Mientras tanto, el contexto regional sigue siendo inestable, haciendo que los esfuerzos por lograr una paz duradera en la zona parezcan cada vez más difíciles de alcanzar.
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