En el pequeño pueblo de Cirat, en el interior de Castellón, se encuentra un legado histórico vinculado al conde de Cirat, un título nobiliario otorgado por el rey Felipe IV en 1626 a la familia de Vilarig y Carroz. Esta estirpe desempeñó importantes roles para la monarquía, como la justicia en poblaciones cercanas y el control de las torres de vigilancia costera contra los piratas berberiscos en el Reino de Valencia. El archivo de la familia, custodiado en parte por el Archivo Provincial de Castellón tras ser donado por Alfonso Merchante y Martínez de Pisón en 2013, fue objeto de controversia cuando parte de sus documentos fueron vendidos a un anticuario, dispersando piezas históricas valiosas.
Recientemente, la policía adscrita a la Generalitat recuperó 30 manuscritos de los siglos XVI y XVII, que se vendían en Internet por sumas que oscilaban entre 30 y 3,000 euros. Estos documentos, que recogen eventos judiciales y administrativos locales, han sido depositados en el Archivo del Reino de Valencia para su conservación. Las autoridades aseguraron que, aunque la compraventa fue legal, los documentos deben cumplir con medidas de conservación específicas, según la ley de Patrimonio. La operación de recuperación fue un esfuerzo conjunto de diversas entidades regionales y nacionales, destacando la importancia de preservar el patrimonio histórico-cultural.
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