Este sábado, el ex presidente Donald Trump regresará a Butler, Pensilvania, para llevar a cabo un mitin de campaña en un lugar cargado de simbolismo y tensión. En su última visita el 13 de julio, Trump fue víctima de un atentado mientras pronunciaba un discurso en la propiedad de Farm Show, el mismo sitio donde ahora planea realizar un evento político que describe como un hito sin precedentes en la historia mundial. Con su retorno, Trump aspira a presentar una «visión unificadora para el futuro de Estados Unidos», en un intento por consolidar su influencia y movilizar a sus seguidores en un entorno político cada vez más polarizado.
El ambiente en Butler se ha saturado de expectación y nerviosismo a medida que se acerca el mitin, reflejando la creciente importancia de Pensilvania como un estado oscilante clave en las próximas elecciones de noviembre. Para asegurar una victoria, Trump debe no solo reafirmar su respaldo en bastiones tradicionalmente republicanos, sino también expandir su alcance en regiones como el condado de Butler. Esta área, caracterizada por su demografía abrumadoramente blanca y su tendencia histórica de votar por candidatos republicanos, se ha convertido en un foco de atención tras el intento de asesinato, un incidente que paradójicamente ha galvanizado aún más a su base de apoyo.
Leer noticia completa en El Pais.