La buena asistencia en los estadios de Los Ángeles y Miami ha logrado equilibrar las cifras generales de espectadores, a pesar de las bajas asistencias registradas en otras sedes. Estos dos destinos han demostrado ser centros neurálgicos en el circuito actual, atrayendo a multitudes que compensan la falta de público en lugares menos concurridos. Los organizadores del evento destacan el papel crucial de estas ciudades para mantener el interés y asegurar el éxito financiero del torneo.
Sin embargo, el horario de los partidos ha generado polémica entre los jugadores, quienes se quejan del intenso calor al mediodía, una decisión tomada para captar la audiencia europea. Este horario ha sido señalado como un reto físico significativo para los participantes, afectando su rendimiento y bienestar. A pesar de las críticas, la prioridad de los organizadores parece centrarse en maximizar la exposición mediática y satisfacer las demandas del mercado televisivo internacional.
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