El panorama político en Cataluña podría experimentar un cambio significativo, según las proyecciones recientes. El partido liderado por Sílvia Orriols se perfila para obtener un incremento notable en su representación parlamentaria, pasando de los actuales 2 escaños a un rango estimado entre 8 y 10. Este aumento refleja un crecimiento en el respaldo popular, cuyo impacto en las futuras dinámicas legislativas catalanas no puede ser subestimado. La potencial ganancia simboliza, además, la capacidad de Orriols para consolidar sus propuestas entre el electorado y ampliar su influencia en un contexto político que ha sido tradicionalmente competitivo y fragmentado.
Por otro lado, el partido de Carles Puigdemont enfrentaría una significativa reducción en su número de diputados, con pérdidas que podrían alcanzar hasta 8 escaños según las previsiones. Este descenso representaría no solo un desafío para Puigdemont y su formación, sino que también indicaría un cambio en las preferencias del electorado catalán, posiblemente en respuesta a la evolución del discurso político y las prioridades de la región. Ambos cambios sugieren un reordenamiento del mapa político catalán, lo cual tendrá importantes repercusiones para el futuro de la política regional y su interacción con el resto de España.
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