El reconocido chef extremeño Antonio Granero, padre de uno de los menores presuntamente implicados en el asesinato de una educadora social en Badajoz, ha declarado que esta tragedia «se podría haber evitado». Granero, que tuvo la custodia de su hijo hasta hace tres meses cuando la cedió a la Junta de Extremadura, expresó su frustración ante lo que describió como una respuesta judicial «muy laxa» y permisiva frente a las repetidas conductas delictivas del menor. El cocinero cuestiona que su hijo no estuviera en un centro de régimen cerrado en lugar de un piso tutelado con una supervisión que considera insuficiente, sobre todo teniendo en cuenta el historial problemático del joven y la complicada situación familiar, marcada por contactos con su madre, quien también tiene antecedentes delictivos.
Granero también comentó sobre el clima de tensión entre los menores implicados, destacando que ahora «son conscientes de la gravedad de la situación» y aparentemente están culpándose unos a otros en un intento de evitar consecuencias. Según el cocinero, el arrastre de problemas desde la infancia y las decisiones administrativas que permitieron esos contactos familiares han sido factores clave en el desarrollo de los sucesos recientes. Granero mantiene una comunicación constante con su hijo, con quien habla cada noche, y asegura que, aunque los jóvenes intenten minimizar su responsabilidad, es evidente que han tenido implicación en el trágico incidente. El caso ha revelado grietas en el sistema de protección de menores y generado un intenso debate sobre la gestión de situaciones de riesgo.
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