El chavismo consolidó su dominio en las recientes elecciones municipales de Venezuela, obteniendo el control de más del 85% de las alcaldías en un ambiente marcado por la abstención y la falta de participación de los principales partidos opositores. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) reafirmó su victoria en 285 de los 335 municipios del país, controlando 23 de las 24 capitales, incluida Caracas, con Carmen Meléndez, y reconquistando Maracaibo con Gian Carlo Di Martino. Las elecciones, celebradas un año después de la reelección de Nicolás Maduro, ocurrieron en medio de denuncias de fraude y represión tras los comicios presidenciales de 2024, generando controversia sobre la legitimidad del proceso electoral.
El presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, reportó un índice de participación del 44%, cifra cuestionada por la oposición liderada por María Corina Machado, quien llamó al boicot desde la clandestinidad. Aunque el chavismo celebró la jornada como una «victoria histórica» y un aval a su gestión, la oposición minoritaria logró mantener aproximadamente 50 alcaldías, incluidas las del este de Caracas. Maduro anunció la convocatoria de un Consejo Federal de Gobierno para financiar proyectos municipales, mientras que portavoces del oficialismo destacaron la vocación electoral y el desarrollo comunal promovido por la revolución bolivariana. Las redes sociales reflejaron el descontento y la polarización en torno a los resultados y el futuro de la democracia en Venezuela.
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