En una acelerada ofensiva, los insurgentes han logrado cercar a las fuerzas leales al presidente desde varios frentes estratégicos en Siria. La presión se intensifica especialmente en la ciudad de Homs y en el sur de Damasco, donde las fuerzas gubernamentales enfrentan crecientes desafíos para mantener su posición. En un giro significativo, los rebeldes han conseguido en un lapso de diez días el control completo del noroeste del país, una región de crucial importancia tanto por su posición geográfica como por su valor simbólico en la prolongada guerra civil siria. La toma de este territorio supone un revés considerable para las fuerzas gubernamentales y refuerza la presencia rebelde en un momento crítico del conflicto.
El rápido avance de los insurgentes en estas áreas críticas ha generado tensiones adicionales en un país ya fragmentado por años de guerra. La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos, mientras aumentan las especulaciones sobre las posibles respuestas de las fuerzas gubernamentales ante las recientes pérdidas territoriales. El temor a un incremento de la violencia y al desplazamiento masivo de civiles se cierne sobre la región, exacerbando la crisis humanitaria en Siria. En medio de esta incertidumbre, los ciudadanos afectados claman por una solución pacífica que ponga fin a los persistentes enfrentamientos y permita reconstruir una nación devastada por el prolongado conflicto.
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