El organismo responsable ha señalado que no divulgó la noticia de la expulsión de un miembro del equipo debido a la «petición» y el «deseo expreso» del elenco de la obra teatral involucrada. Esta decisión se tomó para respetar la confidencialidad requerida por los actores y creadores del montaje, quienes expresaron la necesidad de manejar el asunto internamente, sin que este trascendiera a los medios de comunicación. La delicada situación ha generado comentarios sobre el manejo de temas conflictivos dentro del entorno teatral, destacando la importancia de respetar la privacidad y la autonomía de los equipos creativos.
Este incidente subraya el papel del organismo como mediador en situaciones donde los intereses del colectivo artístico pueden entrar en conflicto con el interés público. Al no revelar detalles específicos sobre la expulsión, se ha buscado proteger la integridad del equipo y permitir que los involucrados resuelvan el conflicto de manera discreta y profesional. Sin embargo, el silencio del organismo también ha planteado interrogantes sobre el equilibrio entre transparencia y confidencialidad en el sector cultural, un tema que sigue generando debate entre los profesionales del entorno teatral y el público general.
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