Nestlé ha despedido a su consejero delegado, Laurent Freixe, tras descubrirse una relación sentimental no divulgada con una subordinada, lo que generó denuncias de trato de favor y provocó una gran agitación dentro de la empresa. La decisión se produjo después de que varias quejas anónimas impulsaran dos investigaciones internas, donde Freixe negó repetidamente el romance. La directiva implicada del área de Marketing también dejó su cargo. Este suceso se suma a los recientes episodios similares en otras compañías, aumentando las preocupaciones sobre la adecuada gobernanza empresarial y los conflictos de intereses en entorno corporativo.
El caso de Nestlé pone de relieve el desafío global de las relaciones afectivas en el trabajo. Mientras en Estados Unidos los códigos de conducta contra estas relaciones son más firmes, Europa comienza a tomar medidas similares. Varias grandes empresas, como Banco Santander e Inditex, han implementado políticas para abordar potenciales conflictos de interés, requiriendo que se informe sobre relaciones familiares o íntimas. A pesar de los intentos de regulación, expertos indican que estas medidas podrían considerarse discriminatorias desde el punto de vista legal en España. Sin embargo, la necesidad de asegurar un entorno laboral justo y sin favoritismos sigue siendo un tema crítico, cobrando relevancia en la discusión sobre la ética y la profesionalidad en las organizaciones.
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