La reciente difusión de un manifiesto polémico ha generado preocupación en las fuerzas de seguridad, que temen el potencial efecto de la figura del agresor como un símbolo de admiración para ciertos sectores de la población. En el documento, el autor del crimen justifica sus acciones afirmando que las víctimas, a las que despectivamente se refiere como «parásitos», merecían su destino. La policía está alerta ante la posibilidad de que esta narrativa violenta inspire a otros a seguir su camino, especialmente ante el creciente interés y simpatía que algunas comunidades han mostrado hacia el asesino.
Expertos en seguridad y sociología advierten que la idealización de tales figuras puede desencadenar un aumento de actos violentos y extremistas, alimentados por discursos de odio y justificación de la violencia. Las autoridades hacen hincapié en la importancia de abordar este fenómeno desde distintas esferas, incluyendo medidas de vigilancia digital y campañas de concienciación que trabajen contra el discurso del odio. La situación plantea un desafío significativo para el mantenimiento del orden público y la cohesión social, al tiempo que activa alarmas sobre la necesidad de entender y mitigar las condiciones que impulsan a individuos hacia conductas criminales extremas.
Leer noticia completa en El Mundo.