El aeropuerto de Madrid se ha convertido en un escenario de caos y desolación, donde personas como José María y Carmen intentan sobrevivir en medio de un entorno hostil. El lugar se ha visto afectado por actividades ilegales y disputas violentas que parecen incontrolables. La falta de intervención por parte de las autoridades ha dejado a muchas personas en situaciones de vulnerabilidad, obligadas a enfrentar problemas de inseguridad y desesperanza en un entorno que debería ser de tránsito y conexión.
Las historias de José María y Carmen reflejan la realidad de muchos que viven en el aeropuerto, quienes lidian diariamente con condiciones extremas y la ausencia de apoyo institucional. A pesar de los numerosos informes y denuncias, las medidas para abordar estos problemas continúan siendo inadecuadas, lo que mantiene a esta comunidad en una situación crítica. El aeropuerto, lejos de ser un símbolo de progreso y movilidad, se ha transformado en un espacio de abandono y supervivencia.
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