En una decisión que refuerza el tributo a personalidades locales y figuras históricas, la Junta de Gobierno de Madrid ha dado luz verde a la renombración de dos plazas en los distritos de Moncloa-Aravaca y Fuencarral-El Pardo. Inma Sanz, vicealcaldesa de Madrid y portavoz municipal, anunció en rueda de prensa que este cambio responde a propuestas de los propios vecinos y que reflejan el deseo de honrar sus identidades locales y reconocer contribuciones significativas de algunos de sus ciudadanos más destacados.
En Moncloa-Aravaca, la conocida plaza de la Corona Boreal pasará a llamarse oficialmente plaza del waterpolista Jesús Rollán Prada. Este cambio se cimentó el pasado 12 de septiembre, como parte de un acuerdo unánime en el Pleno de la Junta Municipal del Distrito. Aunque el cambio formaliza un nombre que ya circulaba entre los residentes, también establece un nuevo hogar para la denominación de plaza de la Corona Boreal, ahora correspondiente al espacio rodeado por las calles Pérez de la Victoria, Caroli, y las cercanías del Innovation LAB.
Jesús Miguel Rollán Prada, nacido en Aravaca en 1968 y fallecido en 2006, es recordado como una de las grandes leyendas del waterpolo español. Su ilustre carrera, marcada por participaciones en cinco Juegos Olímpicos y títulos como la medalla de oro en Atlanta 1996, lo convierte en una figura emblemática para muchos. Su trayecto profesional comenzó en el Club Deportivo San Blas y, más tarde, con la selección española, aseguró posiciones de liderazgo en competiciones internacionales. Rollán, cuya memoria se perpetúa también a través del Trofeo Jesús Rollán, sigue siendo un ícono del deporte nacional.
Por otra parte, en Fuencarral-El Pardo, se ha oficializado el nombre de plaza de Maruja, un homenaje a una querida vecina del barrio cuyo legado sigue vivo tras su fallecimiento el año pasado. Maruja, quien regentó una popular papelería desde 1960, es recordada por su cercanía y dedicación a la comunidad. El área homenajeada, frecuentada por todas las edades, se destaca por contar con un área infantil, un circuito de ejercicios y diversas zonas ajardinadas, integrándose como un punto neurálgico de interacción social y recreo.
Estas decisiones resuenan entre los vecinos, fortaleciendo el sentimiento de pertenencia e identidad local, y destacan la prioridad del Ayuntamiento por reconocer e inmortalizar las historias y contribuciones que han dado forma a la vida comunitaria madrileña.