En una reciente reunión a bordo de uno de los buques de la Armada, un alto cargo dirigió unas contundentes palabras a su tripulación, enfatizando la misión y el propósito fundamental de su labor. «No somos políticos, somos marinos de la Armada», afirmó, destacando la importancia de centrarse en las responsabilidades y deberes propios del servicio militar. Hizo hincapié en que la prioridad absoluta es cumplir con las misiones encomendadas, manteniéndose fieles a los valores y compromisos adquiridos, y alejándose de cualquier influencia política que pudiera desviar su enfoque.
Este discurso se enmarca en un contexto de crecientes tensiones políticas que han generado preocupaciones sobre la influencia exterior en los cuerpos de seguridad. El alto cargo subrayó que la Armada debe mantenerse imparcial y dedicada a sus tareas específicas de defensa y protección, ejecutando sus deberes con profesionalismo y sin distracciones externas. Alcentrar su atención en el cumplimiento de sus misiones, los marinos reafirman su compromiso con la seguridad y soberanía nacional, independientemente de los debates políticos que ocurran fuera del ámbito militar.
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