El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido recortar nuevamente los tipos de interés en 25 puntos básicos, situándolos en 2,25%, en respuesta a la turbulencia arancelaria internacional generada por las políticas del presidente de EE UU, Donald Trump. Este es el sexto recorte consecutivo de Fráncfort en un contexto donde el deterioro de las condiciones económicas se ha acelerado debido a las tensiones comerciales. El BCE busca amortiguar el impacto adverso sobre la financiación empresarial y doméstica, enfatizando además los modestos avances en el control de la inflación, que ha caído ligeramente al 2,2%, acercándose a su objetivo. Sin embargo, la entidad advierte que el crecimiento sigue amenazado por estas tensiones, con el miedo latente de que se produzca un estancamiento económico.
La inestabilidad del mercado financiero refleja las controversias derivadas de la guerra comercial asimétrica de EE UU, que ha llevado a una remodelación del orden económico global hacia un modelo menos dependiente de suministros extranjeros. Europa, por su parte, se beneficia de un euro fortalecido frente al dólar y la disminución de los precios del petróleo y el gas, lo que contribuye a una menor inflación. El BCE podría haber optado por una postura más conservadora, como lo hizo el Banco de Canadá, pero ha preferido continuar con medidas expansivas para incentivar la economía, en un entorno donde otras entidades, como la Reserva Federal de EE UU, optan por la cautela esperando mayor claridad en la política económica global. Esto se produce en un escenario crítico, con ajustes económicos que podrían dejar cicatrices permanentes en el panorama internacional.
Leer noticia completa en El Pais.