El Barcelona dejó escapar una victoria asegurada al empatar 2-2 contra el Celta de Vigo en Balaídos, en un dramático desenlace del partido que tuvo lugar este sábado. El equipo dirigido por Hansi Flick se derrumbó en los momentos finales tras la expulsión de Marc Casadó y recibió dos goles evitables, ambos en un lapso de apenas dos minutos. El primer tiempo estuvo marcado por la polémica arbitral debido al desempeño de Soto Grado, quien perdonó en dos ocasiones la expulsión del canterano Gerard Martín, lo que indignó a los locales y a los 24.573 aficionados presentes en el estadio, el aforo más alto de la temporada. Sin el lesionado Lamine Yamal y con un once modificado, el Barcelona buscaba resarcirse y mantenerse en la cima de la tabla, pero no logró contener a un Celta que no dejó de presionar.
El partido comenzó con una ofensiva casi letal del Celta, quien desaprovechó múltiples ocasiones de gol, incluido un error crítico de Iago Aspas al inicio del enfrentamiento. El Barcelona, con su acostumbrada línea defensiva adelantada, golpeó primero en el minuto 14 gracias a un tanto de Raphinha. Pese a los intentos del Celta, la primera mitad terminó con polémicas decisiones arbitrales y un gol anulado a Lewandowski por posición adelantada. En la segunda mitad, a pesar del incremento en la presión del Celta, Lewandowski amplió la ventaja para el Barça. No obstante, la expulsión de Casadó fue un punto de inflexión que permitió a los gallegos creer en la remontada. Con goles de Alfon y Hugo Álvarez, el Celta logró empatar en los minutos finales, dejando al Barcelona atónito y regalando dos puntos vitales en su camino por el título de Liga.
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