El inicio del año nuevo ha sido turbulento para el FC Barcelona, con complicaciones en la inscripción de los jugadores Dani Olmo y Pau Víctor, quienes participaron en los entrenamientos del equipo con la esperanza de formar parte de la plantilla oficial para la temporada de LaLiga. El club catalán no logró inscribir a los jugadores antes del plazo límite del 31 de diciembre de 2024, buscando ahora apelar a la Real Federación Española de Fútbol para obtener una nueva licencia, al considerar la situación como un caso de «fuerza mayor». El Barça justifica esta petición sobre la base de un inminente ingreso de 100 millones de euros por la cesión de palcos VIP del nuevo Spotify Camp Nou, que estarían depositados en breve. Sin embargo, LaLiga ha arrancado el 2025 afirmando que el club no ha presentado alternativas viables para cumplir con las normas de control económico, necesarias para inscribir jugadores.
La gestión del presidente Joan Laporta ha estado bajo el escrutinio de las críticas, especialmente por parte de figuras como Víctor Font, oposición que cuestiona las decisiones financieras que han conducido a potenciales pérdidas deportivas y económicas, incluyendo la complicada situación contractual de Dani Olmo. Este último podría rescindir su contrato si el club no logra inscribirlo, una cláusula que ejerce presión sobre la directiva azulgrana, tras pagar casi 60 millones de euros por él el verano pasado. Aunque el Barcelona mantiene la esperanza de solucionar el conflicto y registrar a los jugadores fuera de plazo con la aprobación de la RFEF y LaLiga, la incertidumbre persiste, con Dani Olmo expresando su incredulidad por la situación y recibiendo interés de otros clubes, quien ya contempla alternativas para no perder tiempo en el terreno de juego esta temporada.
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