Los billetes de 50 euros, junto con los de 20 euros, son los más utilizados en España debido a su valor intermedio, lo que también los convierte en la principal meta para falsificadores. En respuesta a esta problemática, el Banco Central Europeo ha intensificado sus métodos antirrobos, mediante cajeros automáticos que liberan tinta en el caso de un robo, inutilizando el billete de forma irreversible. No obstante, el Banco de España ha decidido retirar estos billetes dañados de la circulación a partir de abril, lo que significa que los usuarios deben estar atentos a las manchas de tinta azuladas o violetas en su dinero y llevan estos billetes a sus entidades bancarias para un análisis detallado si tienen dudas sobre su validez.
Esta medida busca reducir fraudes y falsificaciones, especialmente con la proximidad del verano, temporada en la que aumenta el flujo de turistas y con ello el riesgo de recibir billetes deteriorados o falsos. Mientras que se mantiene un uso mayoritario de dinero en efectivo, existe una tendencia creciente hacia la digitalización de pagos. El uso de tarjetas de crédito, débito y aplicaciones de pago móvil va ganando preferencia, siguiendo la práctica de varios gobiernos europeos que están promoviendo un cambio hacia sistemas de pago electrónicos para disminuir la evasión fiscal y el trabajo no declarado. Países como Suecia ya lideran esta transición hacia una sociedad cada vez menos dependiente del efectivo.
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