El Ayuntamiento de Málaga busca abolir el servicio de coches de caballos, que actualmente tiene licencia hasta 2035, mediante un acuerdo económico con los propietarios de carruajes. Desde 2015, se ha reducido el número de licencias activas de 55 a 25, con compensaciones medias de 35,000 euros por licencia. El alcalde Francisco de la Torre ha iniciado conversaciones con los cocheros para acelerar la finalización del servicio en respuesta a las crecientes críticas de organizaciones animalistas y la presión social debido al maltrato animal, donde los caballos enfrentan estrés y calor. Mientras algunos trabajadores denuncian la insuficiencia de las compensaciones y exigen empleos alternativos, otros reconocen la posibilidad de un acuerdo próximo. Pacma también ha presionado para que se eliminen estos carruajes y sugiere una transición hacia vehículos eléctricos. Ejemplos de ciudades que han eliminado este servicio incluyen Barcelona, tras la muerte de un caballo en 2015.
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