En un acto celebrado en la emblemática Casa de la Villa, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha condecorado a cuatro personalidades distinguidas con el título de Cronistas de la Villa de Madrid. Estas prestigiosas distinciones se entregan a aquellos que han demostrado una contribución notable en áreas relacionadas con la investigación y divulgación de la historia y cultura de la ciudad. Los homenajeados han sido Alfredo Alvar Ezquerra, Rosalía Domínguez Díaz, María Teresa Fernández Talaya y Sara Medialdea Veiga, quienes se unen al selecto grupo que resguarda la memoria y tradiciones madrileñas.
Durante el evento, Martínez-Almeida destacó la importancia de los cronistas para el futuro de la ciudad, subrayando que «nos permiten construir el mejor futuro de la ciudad de Madrid desde el respeto a nuestro pasado, a nuestra historia y a nuestra tradición». En esta ocasión no solo se ha rendido tributo a sus logros individuales, sino que se ha resaltado su papel fundamental en la comprensión y preservación del legado madrileño.
El historiador Alfredo Alvar Ezquerra, reconocido por su trabajo en la historia moderna de España, forma parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y ha sido miembro influyente de instituciones culturales como el Instituto de Estudios Madrileños. Por su parte, María Teresa Fernández Talaya, presidenta del Instituto de Estudios Madrileños, cuenta con una carrera destacada como archivera y directora cultural.
Rosalía Domínguez Díaz, especializada en Historia del Arte y experta en museos, ha enriquecido a los madrileños con numerosos escritos sobre la ciudad. Finalmente, Sara Medialdea Veiga, periodista del diario ABC, ha dedicado un cuarto de siglo a cubrir la actualidad madrileña y es autora de “500 Ideas para descubrir Madrid”, consolidándose como una importante figura en la divulgación cultural de la capital.
Estos nuevos cronistas se suman a un grupo que se remonta al año 1864, cuando Ramón de Mesonero Romanos fue designado como el primer cronista de la villa. A lo largo de los años, el papel de cronista ha evolucionado, consolidándose como una figura esencial en la protección y promoción del patrimonio cultural madrileño. El Cuerpo de Cronistas Oficiales de la Villa, formalizado en 1923, ahora renueva su compromiso con el presente y el futuro de la ciudad a través de estas incuestionables aportaciones. Así, Madrid continúa tejiendo su historia con la sabiduría y dedicación de aquellos que mejor la comprenden y pueden contarla.