Madrid Connect 2025 (MC25) clausuró ayer su primera edición con un balance altamente positivo y una conclusión común: Madrid consolida su camino hacia un modelo económico impulsado por la ciencia, la innovación y la tecnología profunda (deep tech).
Durante los días 28 y 29 de octubre, el evento —celebrado en Talent Garden Madrid y organizado por el Parque Científico de Madrid (PCM) con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid y la colaboración de la Comunidad de Madrid, la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el CSIC y la Enterprise Europe Network (EEN)— reunió a más de 200 representantes del ecosistema deep tech, entre startups, scaleups, fondos de inversión, corporaciones, universidades y centros de investigación.
La primera jornada se centró en temas clave como la autonomía estratégica, la salud digital y la colaboración público-privada, mientras que la segunda sesión profundizó en la transferencia de conocimiento, la internacionalización y la energía y circularidad como pilares del nuevo modelo industrial madrileño.
La ciencia como motor de crecimiento económico
La segunda jornada comenzó con la mesa “La ciencia como motor de crecimiento económico”, moderada por Marta del Castillo, directora general del PCM, junto a Félix Zamora (UAM), María Inmaculada López (Compluemprende-UCM) y Javier Etxabe (CSIC).
“Desde el Parque Científico de Madrid estamos trabajando para facilitar el paso de las empresas ya desarrolladas a las Factorías Industriales del Ayuntamiento de Madrid, donde puedan producir de forma escalable”, explicó Marta del Castillo, destacando el papel del PCM como puente entre la investigación y la producción industrial.
Los representantes de las universidades y del CSIC coincidieron en que la transferencia de conocimiento debe consolidarse como una política institucional, no solo una opción individual. Por su parte, Félix Zamora recordó que “los parques científicos son auténticas industrias para elevar el TRL de las startups deep tech”, mientras que María Inmaculada López explicó que la UCM ha creado 19 preincubadoras en facultades para “fomentar el emprendimiento donde nace la ciencia”.
Además, Javier Etxabe (CSIC) defendió la necesidad de “formar equipos multidisciplinares que acompañen a los investigadores en el proceso de transferencia y creación de empresas tecnológicas”.
Vectores energéticos y circularidad: deep tech para la transición industrial
La mesa redonda moderada por María Cano, directora del nodo Greentech Retech, reunió a referentes del ámbito energético y tecnológico como Pedro Pereira (NanosTech, Universidad de Calgary), Jesús Montes (Moeve Energy Technology Intelligence), Lidia Caramazana (Naturgy) y Miquel Rovira (Eurecat).
“Estamos en un momento de transición en el que las tecnologías emergentes deben implementarse con una visión industrial desde el inicio”, señaló Jesús Montes (Moeve Energy Technology Intelligence), quien destacó la necesidad de “alinear universidades, empresas y centros tecnológicos para evitar que los desarrollos se pierdan en las fases intermedias”.
Desde Canadá, por su parte, Pedro Pereira de NanosTech defendió que los grandes vectores energéticos —hidrógeno, amoníaco o biomasa— “deben entenderse no sólo como tecnologías, sino como objetivos sociales”.
Además, agregó que “el hidrógeno no es una moda tecnológica, es un objetivo colectivo para reducir emisiones. Hay que forzar a las empresas consolidadas a asumir riesgos y transformar sus procesos industriales”. Apuntando que la circularidad es también un cambio cultural: “No basta con cambiar los procesos industriales; hay que cambiar cómo los diseñamos y cómo los demandamos. Es más difícil transformar la cultura que la tecnología”.
Por parte de Naturgy, Lidia Caramazana abordó los tres grandes retos de la innovación energética: descentralización, digitalización y descarbonización. Añadió: “Trabajamos con startups, centros tecnológicos y universidades para acelerar la cadena de valor del biogás y el biometano, desarrollar sistemas alternativos de almacenamiento y avanzar en las energías marinas”.
Caramazana destacó, además, el programa Connecting Energy, con el que Naturgy ha mentorizado ya más de 40 startups, involucrando a 50 empleados como mentores y facilitando pilotos con empresas emergentes. Concluyó defendiendo que la transición energética debe ir acompañada de una transición extractiva, ya que “las nuevas energías requieren otros recursos minerales”.
“Cada vez tenemos más producción de energía local, cerca del punto de consumo, y redes más digitales y sensorizadas, cuyos datos analizamos con machine learning, deep learning e inteligencia artificial. La barrera no es tecnológica, sino regulatoria: la normativa actual está pensada para corporaciones, no para startups”, subrayó.
Desde el centro tecnológico Eurecat, Miquel Rovira defendió la circularidad como “una oportunidad estratégica para alargar la vida de los recursos y reducir emisiones”. Además, resaltó que “reciclar una lata de aluminio ahorra hasta un 95 % de las emisiones respecto a producir una nueva. La circularidad puede aportar el 40 % de la reducción global de emisiones, y la digitalización será clave para garantizar su trazabilidad mediante blockchain y pasaportes digitales de producto”.
La mesa concluyó con un consenso claro: la colaboración público-privada y la innovación industrial son esenciales para lograr una transición energética justa y competitiva, donde Madrid puede desempeñar un papel protagonista como nodo europeo de tecnología limpia y circular.
Startups deep tech: innovación aplicada a la industria
En este último día, en el bloque de startups, moderado por María Jesús Romero, directora general de Economía e Industria del Ayuntamiento de Madrid, presentó tres ejemplos de innovación aplicada al sector energético e industrial: Gnanomat, Empirical Advances y Drage & Mate.
Romero anunció la convocatoria de un sandbox de pruebas impulsado por el Ayuntamiento de Madrid “para facilitar el escalado de las startups tecnológicas”, y recordó que el Plan Industrial de Madrid 2025–2027, dotado con 196 millones de euros y 44 medidas, busca “impulsar un modelo productivo sostenible, eficiente y tecnológicamente avanzado”.
En este bloque Roberto Clemente, CEO de Gnanomat, explicó que su empresa desarrolla nanomateriales para sistemas de acumulación de energía: “Aprendo más en los pasillos del Parque que frente al ordenador. El reto no es crear tecnología, sino lograr que el mercado la adopte. La innovación abierta es clave para alinear nuestras soluciones con las necesidades reales de la industria”, señaló.
Por su parte, Amalio Garrido, CEO de Drage & Mate, detalló sus soluciones químicas aplicadas a la generación de hidrógeno a bordo, la captura de CO₂ y la eliminación de nitratos en aguas residuales, en colaboración con Airbus, Boeing y la NASA: “La aversión al riesgo de las corporaciones europeas es paralizante. Necesitamos que la administración pública facilite entornos donde mostrar innovaciones reales: eso reducirá el miedo y acelerará la adopción”, defendió.
Y, Rafael Mombiedro, CEO de Empirical Advances, explicó que aprovechan residuos agroalimentarios para producir materiales avanzados para baterías y supercondensadores: “El Parque Científico de Madrid nos ha ayudado a escalar, pero sería fundamental que el Ayuntamiento habilitara instalaciones industriales de demostración para esta fase”, propuso.
El bloque concluyó con un consenso: Madrid dispone del ecosistema científico e industrial para liderar el deep tech europeo, siempre que se refuercen los espacios de prueba y la colaboración público-privada.
La directora general del Parque Científico de Madrid, Marta del Castillo, destacó que esta primera edición de Madrid Connect ha logrado su objetivo: conectar ciencia, talento e industria en torno a los grandes retos tecnológicos y energéticos de la próxima década. “Es un evento exclusivo diseñado para contribuir a consolidar Madrid como una capital global en el ecosistema deep tech”, afirmó Marta del Castillo, directora general del PCM.


