En el barrio de Gràcia, la cocina del comedor social La Terrasseta vive tiempos de incertidumbre al enfrentarse a la posibilidad de perder la financiación del Ayuntamiento de Barcelona a partir del 31 de octubre. Este comedor, gestionado por la Asociación La Rauxa, ha servido durante más de dos décadas 150 comidas diarias a personas con problemas de alcoholismo. La presidenta de la asociación, la doctora María Luisa Marin, cuestiona la decisión del Ayuntamiento de cesar la financiación alegando que «se ha tomado sin ninguna razón». Sin embargo, fuentes municipales defienden que la medida responde a un nuevo modelo de licitación para dignificar la atención y fomentar la inclusión social, lo que implica la necesidad de gestionar el servicio mediante un concurso público.
El conflicto se originó cuando, a mediados de abril, se le notificó a Marin que debían presentarse a un concurso público para continuar operando, sin otorgarles el tiempo suficiente para reunir la documentación necesaria. La asociación asegura que esto contrasta con los 24 años previos en los que no habían participado en ningún concurso, al contar con un contrato amparado por la ley catalana. A pesar de la situación, y con el apoyo de distintas entidades y partidos políticos como Junts y Barcelona En Comú, La Terrasseta busca nuevas formas de financiación y reitera su compromiso con la reinserción social de alcohólicos rehabilitados que gestionan el comedor. Por su parte, el Ayuntamiento ha manifestado su intención de evaluar fórmulas para acompañar a las personas vinculadas al proyecto de inserción laboral, aunque mantienen que deben distinguir entre la gestión del comedor y los programas de tratamiento para personas con adicciones.
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