La Fuente de Cibeles, uno de los emblemas más icónicos de Madrid, se someterá a una serie de estudios preliminares los días 4 y 5 de febrero con el fin de evaluar su estado de conservación. Estas inspecciones marcan el inicio de un proceso de restauración que busca garantizar la preservación de este monumento histórico y asegurar su disfrute continuo tanto para los residentes de la capital como para quienes la visitan.
El Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento ha anunciado que las primeras tareas, que consisten en vaciar la fuente para realizar los estudios técnicos necesarios, tendrán un costo inicial de 15.800 euros. Estos estudios permitirán caracterizar las alteraciones que afectan al conjunto escultórico y ensayar técnicas de limpieza y protección. Además, facilitarán la identificación de los materiales y procedimientos necesarios para proceder a su restauración.
El paso reciente por una inspección visual ha revelado varias alteraciones en el monumento, incluyendo la aparición de una pátina blanquecina, lo que subraya la necesidad de intervenir para conservar su integridad. La ubicación de la Fuente de Cibeles, situada en una zona de alta actividad vehicular, la expone a factores como la contaminación y los agentes ambientales, que han contribuido al deterioro observado.
Una vez finalizados los estudios de esta fase inicial, se elaborará un informe técnico que orientará futuras labores de restauración. La Dirección General de Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano del Ayuntamiento de Madrid lidera este esfuerzo, en línea con sus competencias de preservación y valorización de los bienes culturales municipales. Esta iniciativa sigue el ejemplo de acciones similares, como los trabajos de restauración en la cercana Fuente de Neptuno iniciados el pasado octubre.
La Fuente de Cibeles, diseñada por Ventura Rodríguez y completada en 1781, es un símbolo eterno de la ciudad que rinde homenaje a la diosa madre Tierra, Cibeles, flanqueada por dos leones, Hipómenes y Atalanta. Ha sido objeto de diversas intervenciones a lo largo de su historia, incluyendo reparaciones tras los daños de la Guerra Civil Española y una última restauración en 2016, enfocada en tratamientos preventivos y correctivos.
Con estas nuevas acciones, el Ayuntamiento busca prolongar la vida de este monumento y mantener su estatus como uno de los tesoros culturales más preciados de Madrid.