La obesidad y el sobrepeso, impulsados por el sedentarismo y el consumo de comida rápida, se han disparado en las últimas décadas, afectando a una de cada ocho personas en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad se ha duplicado en adultos y cuadruplicado en adolescentes desde 1990. Ante esta crisis de salud, el director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, instó a la población a adoptar hábitos saludables para mitigar riesgos de enfermedades cardiovasculares y cáncer. En este contexto, un análisis reciente, publicado en la revista médica The BMJ, avala al ayuno intermitente como una práctica efectiva en la pérdida de peso, comparable a las dietas tradicionales.
El estudio revisó más de 100 investigaciones con 6,500 participantes, destacando tres métodos de ayuno: alternar días de ayuno, ayunar dos días consecutivos por semana, o saltarse comidas diarias. El ayuno alternando días mostró una pérdida de peso de 1.3 kilos más que las dietas clásicas tras 12 semanas. Aunque ofrece beneficios similares a las dietas convencionales, el catedrático de Nutrición Jordi Salas Salvadó subraya que no es necesario para quienes ya tienen un peso saludable. El análisis, liderado por el nutricionista John Sievenpiper, también identifica la necesidad de estudios más amplios para confirmar estos efectos a largo plazo.
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