Una nueva estrategia de organización de comidas ha cobrado relevancia por sus potenciales beneficios para la salud, entre ellos, la posibilidad de favorecer la pérdida de peso. Aunque no se trata de una dieta de adelgazamiento en sentido estricto, su planteamiento estructurado ayuda a las personas a prestar más atención a lo que consumen y a planificar con mayor eficacia sus ingestas diarias. Esto permite no solo controlar mejor las calorías, sino también mejorar la calidad nutricional de los alimentos, lo que contribuye a una alimentación más equilibrada y saludable.
Expertos en nutrición destacan que esta estrategia puede adaptarse a diferentes estilos de vida y preferencias alimenticias, proporcionando flexibilidad al tiempo que fomenta hábitos de alimentación consciente. Al enfocarse en la planificación y el equilibrio, las personas pueden experimentar mejoras tanto en su energía diaria como en su bienestar general, incrementando potencialmente su motivación para mantener un estilo de vida saludable a largo plazo.
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