China ha decidido restringir la exportación de semiconductores como respuesta a la intervención de Países Bajos en Nexperia, una empresa local que opera bajo control chino. Esta medida ha generado preocupación en la industria tecnológica global, dada la relevancia de China como proveedor clave de estos componentes esenciales. La restricción amenaza con exacerbar la ya tensa cadena de suministro global, aumentando la incertidumbre económica y comercial entre ambos países. La intervención neerlandesa en Nexperia se considera parte de movimientos estratégicos más amplios para asegurar el control tecnológico y proteger los intereses nacionales frente a la influencia extranjera.
Los fabricantes han alertado que las existencias de semiconductores solo durarán unas semanas, lo que podría impactar severamente en sectores como la automoción y la electrónica de consumo. La escasez de semiconductores ha sido un tema recurrente desde la pandemia, y esta nueva limitación podría agravar aún más la situación. Analistas del sector advierten sobre la necesidad de diversificar las cadenas de suministro y fomentar la producción local para mitigar las dependencias geopolíticas. Entretanto, se espera que las tensiones entre China y Europa aumenten, impulsando nuevas discusiones sobre políticas comerciales y tecnológicas en futuros encuentros diplomáticos.
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