El gasto mundial en servicios de infraestructura en la nube ha alcanzado la cifra récord de 90.900 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, lo que representa un crecimiento interanual del 21 %. Este incremento está impulsado principalmente por la adopción masiva de aplicaciones de Inteligencia Artificial (IA), que han convertido a la nube en un componente esencial para empresas de todos los sectores.
El auge de la IA generativa está redefiniendo las prioridades tecnológicas. Las organizaciones están acelerando sus procesos de migración al cloud, priorizando la eficiencia en costes de inferencia, una fase crítica donde se ejecutan los modelos de IA entrenados. Con el despliegue masivo de estos modelos, los proveedores de nube están invirtiendo de manera agresiva en infraestructura optimizada, incluyendo el desarrollo de chips propios y servicios especializados.
En el mercado de servicios de nube, los gigantes como Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud continúan su dominio, concentrando el 65 % del gasto global, con un crecimiento combinado del 24 % respecto al año anterior. No obstante, el crecimiento dentro de esta tríada ha sido desigual.
Microsoft Azure experimentó un crecimiento de un 33 %, alcanzando el 23 % de cuota de mercado. Su plataforma Azure AI Foundry, utilizada por más de 70.000 empresas, procesó más de 100 billones de tokens en el trimestre. Asimismo, la compañía ha mejorado en un 30 % el rendimiento energético de sus soluciones de IA y reducido en más del 50 % el coste por token.
Por su parte, Google Cloud, con un 10 % de cuota, creció un 31 %, a pesar de ciertas restricciones de capacidad. Su modelo Gemini 2.5 Pro ha destacado en benchmarks en entornos generativos, y la adopción de su API Gemini y Google AI Studio ha crecido más del 200 % desde el inicio del año.
AWS sigue liderando con un 32 % de cuota, aunque su crecimiento se desaceleró al 17 % debido a limitaciones de suministro. Amazon ha reforzado su oferta con el chip Trainium 2, mejorando en un 30 a 40 % la relación coste-rendimiento. También ha expandido su servicio Bedrock con nuevos modelos y anunció una inversión de 4.000 millones de dólares para abrir una nueva región cloud en Chile en 2026.
La transición de la IA desde la investigación hacia despliegues empresariales masivos pone el foco en los costes de inferencia, mucho más críticos que el entrenamiento, que es una inversión única. Muchos servicios de IA operan bajo modelos de pago por uso, complicando la previsión de costes a medida que el uso escala, obligando a las empresas a limitar la complejidad de los modelos o restringir su uso a casos de alto valor.
Para enfrentar estos retos, los proveedores están desarrollando chips específicamente para IA, como Trainium de AWS y TPU de Google, buscando reducir costes y mejorar la eficiencia energética. Al mismo tiempo, la expansión de centros de datos continúa a un ritmo acelerado. Microsoft abrió nuevas instalaciones en 10 países y Google ha agregado su región cloud número 42 en Suecia, además de destinar 7.000 millones de dólares a un centro de datos en Iowa.
El primer trimestre de 2025 confirma que la nube se ha convertido en la infraestructura crítica para la era de la inteligencia artificial. A medida que los modelos de IA se vuelven más complejos, la competencia por la eficiencia en inferencia será tan crucial como la capacidad de cómputo. Los titanes del cloud lo saben y han puesto toda su maquinaria en marcha.
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