En los últimos años, los intentos de fraude utilizando deepfakes han experimentado un incremento explosivo, colocándose en primera línea de los desafíos que enfrenta el sector financiero en el ámbito de la seguridad. Según el informe «The Battle Against AI-Driven Identity Fraud» de Signicat, en un periodo de tres años, estas prácticas fraudulentas han crecido un asombroso 2137%, representando el 6.5% del total de fraudes detectados.
El estudio de Signicat, que encuestó a más de 1200 expertos en fraude de distintas entidades financieras en siete países europeos, resalta la preocupante tendencia donde la suplantación de identidad mediante deepfakes supera a métodos más tradicionales como el phishing. De la mano de la inteligencia artificial, las técnicas de fraude se han sofisticado, lo que obliga a las instituciones a replantearse sus estrategias de seguridad.
La tecnología de deepfakes ha facilitado a los ciberdelincuentes dos tipos principales de ataques: los ataques de presentación y los de inyección. Los primeros se caracterizan por el uso de máscaras o la proyección de un deepfake en tiempo real, utilizados en contextos como la toma de control de cuentas o la obtención de préstamos de manera ilícita. Por su parte, los ataques de inyección involucran la inserción de videos pregrabados o información alterada en los sistemas de verificación, impactando procesos críticos de onboarding en bancos y fintechs.
Los datos del informe son contundentes: el 42.5% de los intentos de fraude en el sector financiero están ahora impulsados por la inteligencia artificial. En solo tres años, estas técnicas de fraude han dejado de ser marginales para convertirse en un problema preponderante de identidad digital.
A pesar de la creciente amenaza que suponen estos ataques con IA, solamente un 22% de las instituciones financieras han adoptado herramientas avanzadas para la prevención de fraudes. Este desfase tecnológico deja a muchas organizaciones vulnerables frente a un enemigo en rápida evolución. Pinar Alpay, Chief Product & Marketing Officer de Signicat, resalta que hace tres años, los ataques con deepfakes representaban apenas el 0.1% de los fraudes detectados, mientras que ahora suponen uno de cada quince casos.
Para contrarrestar esta amenaza en expansión, los expertos abogan por un enfoque de seguridad multicapa que incorpore sistemas de detección basados en inteligencia artificial, biometría avanzada, monitoreo continuo y un robusto programa de educación y concienciación tanto para clientes como para empleados.
El informe de Signicat subraya la necesidad urgente de que las instituciones financieras se adapten y modernicen sus mecanismos de prevención de fraudes. El auge del fraude impulsado por inteligencia artificial plantea un desafío sin precedentes que requiere de medidas inmediatas e innovadoras estrategias para asegurar la protección digital de las operaciones financieras.
