Las autoridades han subrayado el creciente peligro que representan los grupos coercitivos, colectivos que manipulan a individuos, llevándolos a situaciones de explotación y abuso. En respuesta a esta amenaza, se ha anunciado un plan pionero diseñado para frenar su avance y proteger a las posibles víctimas. Este plan, que se implementará de manera progresiva, busca desmantelar las estructuras de poder y control de estos grupos a través de un enfoque integral que incluye la prevención, la intervención temprana y el apoyo a las personas afectadas. Asimismo, se tiene previsto fortalecer la colaboración entre diferentes organismos y entidades para garantizar una respuesta más efectiva y coordinada.
El plan también contempla campañas de sensibilización para educar a la población sobre los riesgos asociados a estos grupos y cómo identificarlos, haciendo especial énfasis en las redes sociales, donde a menudo captan a sus miembros. Además, las autoridades trabajan en desarrollar protocolos de actuación específicos para los profesionales que, en su día a día, puedan detectar indicios de coerción en sus entornos laborales, educativos o de salud. Esta estrategia innovadora no solo intenta erradicar el problema desde su raíz, sino también ofrecer una red de seguridad y apoyo legal y psicológico a quienes han sido víctima de estas organizaciones, habilitando recursos que promuevan su recuperación y reintegración social.
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